La coagulación sanguínea es un proceso que involucra múltiples enzimas, cofactores y superficies celulares para la formación del coágulo insoluble (4,5).
Las personas con problemas de coagulación de la sangre pueden usar anticoagulantes para evitar que los coágulos obstruyan el flujo sanguíneo a los huesos.
Sin embargo, la combinación de estrógeno y progestina puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, derrames cerebrales, ataques cardíacos y coágulos sanguíneos.