Pero a los tres les une un nexo común: han recurrido al llamado crowdfunding, o financiación en masa, colectiva o cuestación popular para seguir adelante con su actividad.
Sólo aquellas mujeres de joyas barrocas y abrigos abundantes que paseaban o pasean su caridad por cuestaciones y mesas navideñas quieren la sumisión del pobre.