La primera, en las aetas argéntea de la literatura latina, con sus filósofos, geopónicos, poetas y geógrafos, casi únicas voces que animaron el crepúsculo de una gran civilización.
Noches a la luz de las estrellas, en el campo porque en las ciudades se ahogaron, y contemplando el paisaje argénteo cuando la luna llena tampoco nos deje ver las...