Por otra parte, se dijo que la desnacionalización tiene efectos jurídicos y emocionales de impactos sociales y cotidianos en las personas objeto de la misma.
A partir de las exigencias de cobro de la deuda sobrevendrán cada vez más descarados intentos de monopolización y desnacionalización de riquezas locales.
También sería un punto de partida esencial en el proceso de crear agroindustrias campesinas completas y una respuesta a la progresiva desnacionalización agrícola.
A la desnacionalización del cobre, nuestra primera riqueza nacional, siguieron toda suerte de privatizaciones: agua, salud, educación, energía, transportes, rutas, puertos, aeropuertos...