Por otro lado los métodos culinarios preferidos por la tecnología alimentaria, electricidad y microondas han transformado la calidad de los alimentos, desvitálizando los, descomponiendo las moléculas alimenticias creando energías caóticas.
Por eso, después de ser ingeridos, debilitan, desvitalizan y degradan nuestro cuerpo y nuestros tejidos, congestionando y saturando los órganos vitales y el medio interno.