Zona múltiple que puede llegar a ser, en el caso de los grandes diaristas, un inagotable placer de lectura, mucho antes que una fuente para completar un cierto mapa literario.
Por tanto, el diarista literario depende de su disposición a traicionarse, a aceptar el pacto de soledad en que puede ser, si no franco, al menos distinto.
Muchos de sus poemas son cartas-poemas, muchas de sus cartas están cargadas de poesía y el trabajo de diarista ya contempla a un lector, aunque sea el propio escritor.