Seamos partidarios o adversarios de la francmasonería, o sencillamente nos resulte indiferente, podemos advertir que representa una no desdeñable corriente de ideas.
A través de sus representantes en la iglesia, la francmasonería y los grupos ocultistas controlan la espiritualidad humana y crean conflictos espirituales.
Está abierto a todos y sin embargo también es un club, una francmasonería de reconocimiento político o artístico y literario, de presencia programática.