También en este caso el propagandista incurre en arrogancia e intolerancia cuando pretende imponer a golpes de inoportunidad, de burla o de rechazo, su fe en la no fe.
Todo eso que llamáis reveses, contratiempos, inoportunidades, sinrazones y contrariedades, si supierais de verdad lo que son, quedaríais completamente avergonzados.