Los estudiantes deberán saber todos siquiera el latín de las selectas, y no oirán las lecciones, sino se examinan antes en la traducción de ellas, o tienen certificados de latinidad.
En el año 1558, este caballero, por testamento, afirmó su intención de crear este colegio para enseñar latinidad, matemáticas, física, los clásicos estudios medievales.