Por cierto, reconociendo la belleza de ambos géneros, aprecio que la librea de la hembra, para mí, resulta más atractiva por lo llamativo de sus contrastadas franjas longitudinales.
Los adorna con su belleza patética y deslumbrante: librea de las fuerzas pacientes e infalibles que, de igual modo que la crean, destinan cada esplendor a su desaparición.
Y entonces aquellos trajes y librea toma que más represente y signifique la afección de su corazón, y con que mejor se pueda acerca de los contrarios disimular.
Las ciervas y los cervatillos (de hermosa librea y algunos que hemos observado lactando) y los venados, han sido otros también protagonistas de la semana.