No obstante, ya existían, entonces, áreas desforestadas de forma natural en las que desarrollarse, por tratarse de suelos yesosos, margosos, salinos, etcétera.
Las ramblas son zonas de evacuación de las precipitaciones torrenciales típicas de climas áridos y semiáridos, que se desarrollan especialmente en litologías margosas y arcillosas, con numerosas ramificaciones y morfologías.