La muestra dimensiona que existe ahora pintura contemporánea que con su gran calidad se distancia de la incoherencia, arrogancia y mendacidad que llaman arte.
Aun cuando existan testigos que puedan verificar su versión y que no puedan ser desacreditados por actos de mendacidad, este imaginario es casi imposible de superar.
De este modo, y a través de nuestra existencia, vamos forjando una personalidad de dobleces y disimulo, delicada de clasificar por su alto nivel de mendacidad e hipocresía.
Por haber sido alfabetizada de manera funcional y digital, se cree importante, sin comprender que la única forma de trascender su rostro de mendacidad, es reconstruyendo su vida fallida.