No solo por repetir incesantemente el personaje de petimetre traidor que moría cosido a balazos en el primer rollo, sino también porque acechaba la temible sombra del encasillamiento.
El comentario perfecto de alguien que ha decidido intervenir en el blog (... yo escribo lo que quiero y no lo que pienso ) haciéndose pasar por un petimetre.
Como en todas partes, estos estalinistas de bolsillo son los petimetres malcriados que se arrepienten de ser burgueses y no se atreven a ser proletarios.