La trama vincula prejuicios, barreras sociales, educación tradicional, temperamentos puntillosos en un sazón de ironía, hilaridad y sarcasmos que arrebatan al público.
Quisquilloso, picajoso, cosquilloso y puntilloso se aplican a la persona que gusta de fijarse en menudencias para darles más importancia de la que tienen.